lunes, 24 de marzo de 2014

Pregón Juvenil Semana Santa de Alcalá



El pasado sábado 22 de Marzo, el jóven alcalareño Miguel Ángel Cerquera Hurtado pregonaba, en la Parroquia de la Inmaculada Concepción, la Semana Santa de nuestra ciudad.

Miguel, de espiritu salesiano, quiso finalizar su pregón, con unas bellísimas palabras dedicadas a su Madre María Auxiliadora.

Por gentileza del Pregonero, aquí tenemos el texto dedicado a María Auxiliadora.







Pero para lo que sucede el 24 de mayo, no tengo palabras. Son tantos los años en los que he ido aprendiendo a amar y a rezar a mi madre salesiana que el amor que le profeso no sería capaz de describir con palabras, pero lo voy a intentar.



Desde que un alumno entra en el colegio salesiano, a la primera que aprende a amar es a la Virgen de Don Bosco. Se empieza aprendiendo los cantos dedicados a Ella, se sigue con la memorización de los pequeños poemas que siendo niños le recitamos en su novena. Con el tiempo, van aumentando las actividades dedicadas a la Madre salesiana, con la fiesta del día 24 cuando todo el colegio se tira a la calle para anunciar en la caravana de la alegría que esa misma tarde María Auxiliadora procesionará junto a Santo Domingo Savio y San Juan Bosco. Conforme se va madurando, uno es consciente de que la mejor forma de quererla es participando en su novena.

Para muchos, cuando acaba su estancia como alumnos en el colegio es el momento en el que cesa la demostración de amor hacia María Auxiliadora, aunque en todos los corazones de quienes han aprendido a amarla queda grabado su rostro. Pero para otros no es así. Para otros, su entrega es tan grande que deciden seguir el ejemplo de Don Bosco y dedicar su tiempo a los más jóvenes, a los que como quien os habla en su día otros jóvenes le enseñaron a venerar a su Madre. De esta forma, se comienza a formar parte como animador del Centro Juvenil Ákila, lugar para enseñar en el ocio y el tiempo libre, y se prosigue como animador de las pastoral juvenil, donde se busca una enseñanza más profunda en la fe y el amor a Dios y a María.

Pero yo me quedo con un momento inolvidable, y fue cuando hace dos años, en mi última procesión como acólito de María Auxiliadora, llegó el momento de su entrada, y, tras estar colocado su paso en el altar, mirándote a los ojos, Madre, todos comenzamos a entonar el Salve Madre y, cómo no, el Rendidos a tus plantas. Por todo esto, quiero acabar mi pregón de la misma forma en la que acabó aquel día:



Rendidos a tus plantas, Reina y Señora,

cada quince de agosto tu pueblo te adora.

Te paseas por sus calles como Patrona

Virgen del Águila, de Alcalá protectora.



Los cristianos te aclaman su Auxiliadora,

buscándote sin descanso cuando hay Dolores

para que tú, Esperanza,

seas el remedio a nuestros temores.





Yo tus auxilios vengo a pedir,

cada Domingo de Ramos

señora de San Agustín

cuando desde tu barrio hasta el centro,

te veo partir.



Virgen Santísima, ruega por mí.

Ni en la más absoluta Soledad

ni cuando las Angustias afloren

yo me olvidaré de Ti,

Madre de mis amores.





De este mar tempestuoso fúlgida Estrella,

que iluminas la mañana cada Viernes Santo

después de haber repartido en la Madrugá tu llanto

Madre Nuestra del Socorro, de Santiago su seña.



cada vez que te miro eres más bella,

hermosa perla salesiana

que das forma a una Oración

rezada con un Rosario de amor

cada Domingo de Palmas.



Guíame al puerto salvo y feliz,

 al ser tu rostro mi faro

por el que todo lo daría

que se ilumina por mayo,

Dulce Nombre de María.



Virgen Santísima, ruega por mí.

ya sea por Octubre

como Rosario celestial

o cuando te descubres

en tu divina Trinidad.





En las horas de la lucha sé mi consuelo,

no me dejes desfallecer

sé siempre mi cura,

dame, Madre, tu aliento,

Virgen de la Amargura

sé siempre mi sustento.



y al dejar esta vida llévame al cielo,

de donde bajas una vez al año

para que tu fieles puedan rezarte

para sentirte Reina y Señora

del Rocío, nuestra madre.



En cuerpo y alma me ofrezco a Ti,

pues ahora que por fin te tengo

nunca te dejaré ir

ahora que por fin te tengo

más nada puedo pedir

solo verte pasear por las calles

en el mes de marzo o abril

acompañando a tu hijo

en lo que está por venir

y verte, Madre mía de la Caridad

bajo tu palio, al fin.



Virgen Santísima ruega por mí,

que yo te rezaré a Ti,

aguardando impaciente

la llegada del día esperado

cuando todo tu pueblo

expectante y entregado

verá cómo te coronan

después de cien años

Madre salesiana de Alcalá

y Auxilio de los cristianos.



María Auxiliadora de los Cristianos,

Ruega por nosotros.


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